martes, 4 de octubre de 2011

Tendidos entre viñedos

Cabe preguntarse cómo reaccionarían desde La Rioja si la amenaza al paisaje tuviera como forma un proyecto de refinería semitutelado por la administración regional.


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Primero fue el ferrocarril, después las carreteras y autopistas, los gasoductos o los cambios en la producción y mecanización de los viñedos. La Rioja Alta ha sufrido durante años multitud de agresiones paisajísticas aceptadas como inevitables y necesarias en pos del progreso. Sin embargo, el año pasado llegó la gota que ha colmado el vaso con la instalación de 30 torres de alta tensión de unos 40 metros y 220.000 voltios en la subestación de Haro de la línea Miranda-Laguardia, en el corazón del viñedo histórico. Según los afectados, ha destrozado casi por sorpresa unas vistas idílicas, de unas 5.000 hectáreas, y ha quebrado de golpe los esfuerzos realizados para la potenciación del enoturismo.

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